Vivaldi y su Invierno te han despertado; hoy tienes un nuevo sabor de boca, incierto y nada más, pero los días siguen como últimamente, inclusive más complejos, tal vez agitados, que enturbian tu existencia, que a veces dejan asomar lo sutil de la realidad, esa infra-realidad, emocionante, sin puntos cardinales, donde el tiempo y el espacio se desdoblan, donde sólo danzas, donde los acordes musicales te penetran y sientes el movimiento, tu cuerpo se convierte en tu herramienta, devoción.
domingo, 8 de febrero de 2009
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